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¿Se puede hablar con los muertos? La madre de Eva Escudero siempre lo había creído y así se lo quiso transmitir a su hija, antes de fallecer en el accidente aéreo ocurrido en los Alpes franceses.
Eva, una mujer realista, fiel servidora de la justicia y ejemplar trabajadora dentro de la Unidad Central de Inteligencia Criminal, nunca lo había aceptado. Ahora, desde su reciente cargo de inspectora, asombrada por el escalofriante caso que está investigando, no deja de preguntarse, si debe modificar su forma de pensar.
La intervención de la inspectora Escudero en el caso de una cadena de asesinatos que tienen lugar, tras la escalofriante muerte de Valeria Cano, descubierta junto al cadáver de su propio padre, un inspector de policía jubilado, en un hotel situado en el término municipal de Prádena del Rincón. Pondrán al descubierto, una serie de sobornos, corrupciones políticas, y atentados, que tuvieron lugar hace años, bajo el mandato del alcalde de Madrid, Ángel Ballesteros. La serie de delitos que tienen lugar sin argumentos aparentes, y que se presentan rodeados por un aura maligna y siniestra, afectaran en la actualidad, de forma dramática y directa, a los mandos principales encargados del caso: el comisario Eduardo Martín, jefe de Eva Escudero, y a Juan Ramos, director del departamento forense.
El responsable del laboratorio forense, es un personaje, que detrás de su apariencia discreta y reservada. Se esconde, un sagaz seguidor de la nigromancia. Una rama de la hechicería que conecta con los muertos mediante el examen de sus vísceras. Técnicas que intenta utilizar, desde su trabajo, para hablar con su esposa, atropellada por un vehículo que se dio a la fuga y descubrir, de esta forma, al culpable de tan vil asesinato. Asesinato, que sus compañeros del cuerpo de policía, nunca fueron capaces de esclarecer.
Desde que la inspectora Eva Escudero conoció a Juan Ramos, este se convirtió en su amor platónico, un sentimiento por el cual está dispuesta a luchar hasta lo indeciso. Solo la intervención de factores ajenos a su control, junto con inquietantes visiones, podría desmoronar sus esperanzas.
Supuestas posesiones infernales, espíritus capaces de controlar a los cadáveres, fenómenos fuera de las leyes de la naturaleza y otras sobrecogedoras vivencias que se producirán en el transcurso de la investigación criminal, cambiarán muchas de las convicciones, religiosas, éticas y políticas, de la joven inspectora, Eva Escudero.
En el transcurso de la investigación criminal, Eva Escudero, se verá arrastrada a un mundo donde las posesiones demoníacas que desdeñan la razón y las almas errantes que dominan los cuerpos sin vida, desafiando toda lógica. Fenómenos que transformarán por completo las creencias religiosas, morales y políticas de la joven inspectora